¿Cómo crees que sería tu vida de no haber conocido a alguien especial para ti?

-¿Cómo crees que sería tu vida de no haber conocido a alguien especial para ti?,- me preguntaron. 
Y, ¿sabes? No supe qué contestar. No supe qué contestar porque no imagino una vida sin ti. No me imagino sin tus besos, tus caricias o tus susurros en mi oreja. Tú me sacaste de aquel pozo en el que me encontraba, me elevaste a las nubes y me enseñaste a volar. Te quedaste a mi lado cuando las cosas se torcieron, me recogiste cuando me caí y ahora, me tienes a tu lado, siempre a tu lado. 
Apareciste en el momento indicado. En el lugar oportuno. Apareciste cuando el resto ya se había ido.
Apareciste para salvarme, ¿sabes? Sin ti, mi vida habría muerto. Yo estaba muerta en vida. Pero, llegaste tú, con tus preciosos ojos azules, llegaste tú, con esa dulce voz, llegaste tú, con esas palabras que al cielo me elevan. Y reviví. Sí. Reviví. Qué absurdo, ¿verdad? 
Pero, ¿y qué más da lo que piensen los demás? Solo yo sé lo que por ti sentí. Solo yo sé lo que yo te quise. Solo yo puedo decir que me diste la vida cuando otros me la arrebataron. 
Prometo que cada palabra tuya al cielo me llevaba. Prometo que cada caricia tuya, mi corazón sentía. Prometo que en mi vida jamás conoceré amor tan puro y tan inocente como el que tú me hiciste sentir. 

-Kismet.